< Salmos 109 >

1 Dios de mi alabanza, que mi oración sea respondida;
Ry Andrianañaharem-pandrengeako, Ko mianjiñe,
2 Porque la boca del pecador está abierta contra mí en engaño; su lengua ha dicho cosas mentirosas contra mí.
fa nasoka’ iareo amako ty vava raty naho ty vavam-pamañahiañe fa nifosa ahy an-dela mibodiake.
3 Las palabras de odio me han rodeado; ellos han hecho guerra contra mí sin causa.
Niarikoboña’ iareo am-pivolam-palaiñañe; vaho nialy amako tsy am-poto’e.
4 Por mi amor me devuelven odio; pero me he entregado a la oración.
Manisý ahy iereo ho valem-pikokoako, izaho mpitalaho.
5 Me han puesto mal por bien; odio a cambio de mi amor.
Tinambe’ iareo raty hasolo ty soa naho falaiñañe hasolo ty fikokoako.
6 Pon un hombre malo sobre él; y que uno sea puesto a su mano derecha para decir mal de él.
Tendreo ty lo-tsereke hifehe aze, ampijohaño am-pitàn-kavana’e ty mpañinje,
7 Cuando sea juzgado, que la decisión vaya contra él; y que su oración se convierta en pecado.
ie zakaeñe, ampiboaho te voa, le hatao tahiñe i fisolohoa’ey.
8 Deje que su vida sea corta; deja que otro tome su posición de autoridad.
Ho tomoreñe o andro’eo, vaho ho tavaneñe i fitoloña’ey.
9 Que sus hijos no tengan padre, y que su esposa sea viuda.
Le ho bode-rae o ana’eo vaho ho ramavoy ty vali’e.
10 Dejen que sus hijos vaguen, mirando a los demás por su comida; que los alejen de la compañía de sus amigos.
Ho mpangatake miriorio o ana’eo; hipay ty lintse’iareo am-bangiñe añe.
11 Deje que su acreedor tome todos sus bienes; y dejar que otros obtengan el beneficio de su trabajo.
Hifetreha’ ty mpampisongo ze hene vara’e; naho ho volose’ o ambahinio ty tolin-kamokora’e.
12 Que nadie tenga piedad de él ni que ayude a sus hijos cuando está muerto.
Ee t’ie tsy ho am-piferenaiñañe, naho leo raike tsy hitretre o ana’e bode-raeo
13 Que se corte su semilla; en la generación venidera, deje que su nombre se quede sin memoria.
Haitoañe o tiri’eo, vaho ho faopaoheñe ami’ty tariratse handimbe ty añara’ iareo.
14 Tenga el Señor en cuenta la maldad de sus padres; y que el pecado de su madre no tenga perdón.
Le ho tohineñe am’ Iehovà ty hakeon-drae’e; naho tsy ho faoheñe ami tahin-drene’e.
15 Sean siempre delante de los ojos del Señor, para que su memoria sea borrada de la tierra.
Ho aolo’ Iehovà nainai’e abey iereo, soa te hapitso’e an-tane atoy ty fitiahiañe iareo.
16 Porque no tuvo misericordia, sino que fue cruel con los afligidos y los menesterosos, diseñando la muerte de los quebrantados de corazón.
Amy te namoea’e ty hiferenaiñe, te mone nampisoañe ondaty rarake naho poie’e, naho ty mioremeñe, hañohofa’e loza.
17 Como él tuvo placer en maldecir, así que venga sobre él; y como no tenía deleite en la bendición, que esté lejos de él.
Ie nimpitea onjitse, le nifotetse ama’e, nalain-tata re, le nihànkaña’e.
18 Puso maldición como una túnica, y entró en su cuerpo como agua, y en sus huesos como aceite.
Nanaroñe aze hoe sarimbo ty fañompà’e; nizilik’ an-tro’e ao hoe rano, naho hoe solik’ an-taola’e ao.
19 Que sea para él como una túnica que él se pone, que sea como una venda que lo rodea en todo momento.
Ho ama’e manahake ty lamba iombea’e, naho hoe ty sadia fidiaña’e.
20 Sea esta la recompensa dada a mis enemigos por el Señor, y a los que dicen mal de mi alma.
Izay ty paia’ o malaiñe ahio hanoe’ Iehovà amako, o mañofoke ty fiaikoo.
21 Pero, oh Señor Dios, dame tu ayuda, a causa de tu nombre; llévame fuera de peligro, porque tu misericordia es buena.
F’Ihe, ry Iehovà Talè, ano amako sazò i tahina’oy; ami’ty hasoa ty fiferenaiña’o, ihahao,
22 porque soy pobre y necesitado, y mi corazón está herido en mí.
fa misotry naho rarake, naho fere ty troko añ’ovako ao;
23 Me he desvanecido como la sombra cuando declina; me forzaron a salir de mi lugar como una langosta!
zaho mimian-koe talinjo mitibake vaho nahifik’ añe hoe valala.
24 Mis rodillas son débiles por falta de comida; no hay grasa en mis huesos.
Mitrezontrezo ty ongoko fa mililitse; vaho boroka ty sandriko, tsy aman-tsolike.
25 En cuanto a mí, se burlan de mí; sacudiendo la cabeza cuando me ven.
Ifosàñe, te isa’ iareo, le akofikofi’iareo loha.
26 Dame ayuda, oh Señor mi Dios; en tu misericordia sé mi salvador;
Imbao iraho, ry Iehovà Andrianañahareko; rombaho raho ty amy fiferenaiña’oy.
27 para que vean que es obra de tu mano; que tú, Señor, lo has hecho.
Hahafohina’ iareo t’ie i fità’oy, te Ihe ry Iehovà, ro mitoloñe.
28 Pueden dar maldiciones, pero tú das bendición; cuando suban contra mí, sean avergonzados; pero que tu siervo se alegre.
Angao hamàtse iereo, f’ihe mitahia; ie mitroatse le ho salatse, fe ho fale ty mpitoro’o.
29 Mis enemigos se cubran de vergüenza, cubriéndose de confusión como un manto.
Hampisikineñe hameñarañe o mpanesek’ ahikoo, naho hiholonkoñan-kasalarañe hoe sarimbo.
30 Daré al Señor gran alabanza con mi boca; sí, le alabaré entre todas las personas.
Honjone’ ty vavako ­fañandriañañe t’Iehovà; ho rengeko añivo’ i màroy.
31 Porque él está siempre a la diestra de los pobres, para sacarlo de las manos de los que persiguen su alma.
Amy t’ie mijohañe am-pitàn-kavana’ ty poie’e, hañaha’e amo mpanisì’ azeo.

< Salmos 109 >