< Salmos 28 >
1 A ti, o! Jehová, llamaré: fuerza mía, no me dejes: porque dejándome no sea semejante a los que descienden al sepulcro.
2 Oye la voz de mis ruegos, cuando clamo a ti: cuando alzo mis manos al templo de tu santidad.
3 No me tires con los malos, y con los que hacen iniquidad: que hablan paz con sus prójimos, y la maldad está en su corazón.
4 Dáles conforme a su obra, y conforme a la malicia de sus hechos: conforme a la obra de sus manos, dáles: págales su paga.
5 Porque no entendieron las obras de Jehová, y el hecho de sus manos, derribarlos ha, y no los edificará.
6 Bendito Jehová, que oyó la voz de mis ruegos.
7 Jehová es mi fortaleza, y mi escudo: en él esperó mi corazón, y yo fui ayudado: y gozóse mi corazón, y con mi canción le alabaré.
8 Jehová es la fortaleza de ellos: y el esfuerzo de las saludes de su ungido es él.
9 Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad: y pastoréalos, y ensálzalos para siempre.