< Cantar de los Cantares 1 >
1
2 ¡Béseme él con los besos de su boca! porque tus amores son mejores que el vino.
3 Suave es el olor de tus ungüentos; es tu nombre ungüento derramado; por eso te aman las doncellas.
4 Atráeme en pos de ti. ¡Corramos! Me introdujo el Rey en sus cámaras. Nos gozaremos, nos alegraremos en ti. Celebraremos tus amores más que el vino. Con razón te aman.
5 Morena soy, pero hermosa, oh hijas de Jerusalén, como las tiendas de Cedar, como los pabellones de Salomón.
6 No reparéis en que soy morena; es que me ha quemado el sol. Los hijos de mi madre se airaron contra mí; me pusieron a guardar las viñas; pero mi viña, la mía, no he guardado.
7 Dime, oh tú a quien ama el alma mía, dónde pastoreas, dónde haces sestear las ovejas al mediodía, para que no ande yo vagando alrededor de los rebaños de tus compañeros.
8 Si no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, sal siguiendo las huellas del rebaño, y apacienta tus cabritos junto a las cabañas de los pastores.
9 A mi yegua, en las carrozas del Faraón, te comparo, oh amiga mía.
10 Hermosas son tus mejillas entre los pendientes, cuello entre los collares.
11 Collares de oro haremos para ti incrustados de plata.
12 Estando el rey en su diván, mi nardo exhala su fragancia.
13 Un manojito de mirra es para mí el amado mío: reposa entre mis pechos.
14 Racimo de cipro es mi amado para mí en las viñas de Engadí.
15 Hermosa eres, amiga mía, eres hermosa; tus ojos son palomas.
16 Hermoso eres, amado mío, ¡y cuan delicioso! y nuestro lecho es de flores.
17 De cedro son las vigas de nuestra casa, de ciprés nuestros artesonados.